¿Qué son las células madre?
Gracias a los avances en la medicina se ha desarrollado una técnica que consigue reponer los tejidos cuando dejan de funcionar efectivamente: los trasplantes. La introducción de los trasplantes a la medicina moderna ha iniciado una revolución que algunos han comparado con el descubrimiento de la penicilina. Sin embargo, existen dos factores que limitan mucho a ésta técnica: la escasez de donantes y la posibilidad del rechazo del órgano trasplantado.Pero la medicina siguió avanzando y ahora apareció una nueva posible solución, la llamada medicina regenerativa, que propone un mecanismo similar al que usa naturalmente el organismo para la renovación de los grupos de células que van envejeciendo y necesitan ser sustituidas por otras que cumplan su misma función.
A pesar de que el organismo ya cuenta con éstos mecanismos, su capacidad es muy limitada, y no funciona en un caso de pérdida masiva de tejido. Aquí es donde entran las nuevas terapias de cultivo y transplante de células madre.
Las células madre se definen como células progenitoras, auto-renovables, capaces de regenerar uno o más tipos celulares diferentes.
En las especies superiores, como el ser humano, existen dos tipos de células madre, las embrionarias y las órgano-específicas: Las embrionarias se derivan de la masa celular interna del embrión en su estado de blastocisto (7 a 14 días de la fecundación), y tienen la capacidad de generar cualquiera de los más de 200 diferentes tipos de células que componen al organismo; el otro tipo de células madre, las órgano-específicas son similares pero, como su nombre lo dice, sólo son capaces de originar una variedad limitada a las células de un órgano concreto en el embrión o en el adulto y podemos encontrarlas en personas de cualquier edad, por eso también se conocen como células madre adultas.
Los descubrimientos con respecto a las células madre adultas han permitido que éstas sean aisladas, cultivadas y utilizadas para la reparación de tejidos dañados. A pesar de todo esto, las técnicas de transferencia de células madre están todavía en sus comienzos. Y dicen los científicos que lo mejor sería cultivar las células madre embrionarias, ya que éstas son capaces de regenerar cualquier tipo de tejido en el cuerpo. Pero cuando James Thomson, un científico Estadounidense, reportó en Noviembre de 1998 que había logrado remover células madre de embriones sobrantes de clínicas de fertilidad y estableció la primer línea de cultivo de células madre embrionarias, él y otros científicos consiguieron más de lo que estaban buscando, ya que su descubrimiento fue rápidamente cubierto en la turbulencia de la política y la religión. Todos querían saber de dónde saldrían los embriones necesarios y cuántos tendrían que ser destruidos para salvar a los millones de pacientes que se podrían beneficiar.
ARGUMENTOS A FAVOR
• En las clínicas de fertilidad existen miles de embriones congelados y destinados a ser desechados. Son más pequeños que el punto al final de éste enunciado, no tienen cualidades que los identifiquen o muestras de un sistema nervioso; si los padres acordaran donarlos, dicen los que están a favor, no sería ético no utilizarlos para curar a las personas enfermas.
• La capacidad de estas células es tan grande que podría curar padecimientos como enfermedades del corazón, diabetes y heridas en la espina dorsal.
• A diferencia de las células madre adultas, que al parecer cuentan con un repertorio limitado, las células madre embrionarias son pluripotentes—tienen la capacidad natural de convertirse virtualmente en cualquier tipo de célula humana.
ARGUMENTOS EN CONTRA
• La única diferencia entre el embrión, el feto y el bebé, es el tiempo, y todos merecen la misma protección.
• En los experimentos con animales se han presentado casos en que las células madre embrionarias a veces se vuelven tumores o se convierten en tipos de tejido no deseados—formando, por ejemplo, peligrosos pedazos de hueso en los corazones que deberían de reparar.
• Algunos estudios han demostrado que algunas de las células madre adultas tienen la capacidad de convertirse en células muy diferentes a las que normalmente producen, por lo que algunos científicos dicen que, mediante el procedimiento adecuado, las células madre adultas podrían ser tan versátiles como las embrionarias.
OPINIÓN PERSONAL
Yo tengo la idea de que la vida comienza desde el momento en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, y como dice en el argumento, la única diferencia entre un embrión, un feto y un bebé es el tiempo. Por lo que yo me opondría a destruir embriones para apenas ser estudiados, ya que el uso de células madres embrionarias todavía no está completamente desarrollado como para utilizarlas para salvar vidas. Claro que las células pueden convertirse en cualquier tejido y dan la posibilidad de curar un sinfín de enfermedades terribles, pero tenemos que buscar alguna alternativa, el que un embrión todavía no haya desarrollado un sistema nervioso no le da derecho a nadie para terminar su capacidad de convertirse en un ser humano completo como nosotros. No podemos nomás irnos a lo maquiavélico y decir que “el fin justifica los medios”. Un niño tampoco es un ser humano completamente desarrollado, y no por eso nos van a dejar matarlo y utilizar sus órganos para salvar la vida de otras personas.
En cuanto a los embriones que se encuentran congelados en las clínicas de fertilidad y destinados a ser desechados; tampoco estoy a favor de asesinarlos para salvar vidas, esos embriones no dejan de ser embriones nomás porque no crecieron, ya nomás porque sus padres los dejaron olvidados no quiere decir que son basura, nadie tiene derecho sobre la vida de las personas, no tenemos autoridad para decidir quien debe vivir o quién debe morir, podemos cuidar nuestra salud, pero no podemos matar a propósito a un ser sólo porque nos dará la posibilidad de salvar a otros. Más bien deberían de empezar a buscar un método nuevo de fertilización artificial, porque la fertilización in vitro está creando más vidas de las que se cuidan y desarrollan. Las parejas llegan, pasan el tratamiento y quedan muy felices con sus nuevos hijos “de probeta” como les dicen. Después en su felicidad se olvidan de que dejaron abandonados en la clínica a otros cuantos hijos que tenían la misma capacidad de desarrollarse que los hijos que están disfrutando ahora.
Está bien que quieran salvarse vidas, a eso no me opongo, me opongo a los medios. El asesinato de embriones para el estudio y avance de la medicina es una idea totalmente maquiavélica e inaceptable.
Fuentes de Información:
National Geographic Magazine
Julio 2005
The National Geographic Society
Encuentra.com
Embrios.org
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